¡He vuelto! Sí, lo sé. Algo más de dos meses sin escribir y sin avisar... no tengo perdón. Os preguntaréis dónde me había metido y la respuesta es simple: he tenido que reorganizar mis prioridades y tomar aire antes de seguir avanzando. Estudiar y trabajar es equiparable a hacer encaje de bolillos y si le sumamos tener un blog como hobby, la cosa se complica. Lo importante, pero, es que estoy aquí de nuevo con muchas ganas de dar guerra. ¿Preparadas?
El post de hoy es la segunda parte de 5 errores cosméticos (que no deberíamos cometer). Ya sabéis que no soy mucho de hacer continuaciones, o más bien que siempre acabo saltándomelas aunque me comprometa a ellas . Pero este es uno de estos posts que no me cansaría de hacer, desgranando poco a poco mitos que leo/oigo cada día. Y como en el post anterior, la entrada viene acompañada de 5 productos que me encantan relacionados con cada punto. Como la última vez nos quedamos en el 5, hoy toca continuar con el error nº6:
El post de hoy es la segunda parte de 5 errores cosméticos (que no deberíamos cometer). Ya sabéis que no soy mucho de hacer continuaciones, o más bien que siempre acabo saltándomelas aunque me comprometa a ellas . Pero este es uno de estos posts que no me cansaría de hacer, desgranando poco a poco mitos que leo/oigo cada día. Y como en el post anterior, la entrada viene acompañada de 5 productos que me encantan relacionados con cada punto. Como la última vez nos quedamos en el 5, hoy toca continuar con el error nº6: